II. FEBRERO 1972 ‑ MARZO 1973

Declive y el "Paro de Octubre"

 

A partir de entonces se hablaba sólo y constantemente de la "Oposición" y del "Gobierno". Allende aplazó la promulgación de esta ley y pretendió promulgar sólo aquellos párrafos que le convenían, a lo cual se resistió el Congreso. Este conflicto y otros siguientes tenían como transfondo el enfrentamiento del poder legislativo contra el poder ejecutivo. Más tarde se sumó el poder judicial a través de la Contraloría Nacional y de la Corte Suprema a la opinión del Congreso. Ambos bandos emprendieron una batalla cada vez más agresiva en los medios de comunicación que controlaban. La "Oposición" atacó con expresiones duras, fuertes o arrogantes "los atropellos" contra la Constitución y el Congreso. El "Gobierno" por su parte insultó a la "Oposición" calificándola de "momios de mierda". Los ánimos se caldearon, y en una marcha de las fuerzas adictas al Gobierno la muchedumbre gritó ante los mismos edificios (!) de la Corte Suprema y del Congreso "Jueces vendidos, ladrones corrompidos" y amenazó con sus banderas rojas, crear "tribunales populares" en contra de la "justicia burguesa". ‑

A pesar de todo, los partidos más responsables, la DC y el Partido Comunista (PC), trataron de salvar la ley‑reforma constitucional de las tres áreas de la economía y así las reformas necesarias. Además trataron de calmar las hostilidades y la violencia, pero fracasaron ante la negativa del otro gran partido dentro de la UP, los socialistas (PS). El PS del cual Allende era co‑fundador se estaba convirtiendo, bajo su secretario general, Carlos Altamirano, en un partido revolucionario y mucho más izquierdista que su co‑fundador, quien fue forzado a negar el compromiso de la DC y el PC. El PS calculaba que podría dividir a la DC y con ayuda del ala conciliadora e izquierdista de esa (p.e. Tomic, Fuentealba), ganar una mayoría parlamentaria. Pero el efecto era contrario: los "blandos" en la DC tuvieron que ceder al ala "dura" (de Frei, Aylwin y otros). Además se acercaron más aún al Partido Nacional (PN), lo que los llevó a forjar una alianza para las elecciones parlamentarias de 1973. La intransigencia del PS había destruido la última esperanza de un desarrollo pacífico de la vida nacional. Esto impulsaba una campaña de odio, mugre y violencia, jamás conocidos en Chile.

Entre tanto seguía de desastre económico caracterizado por una inflación astronómica, la pérdida rápida de divisas y consecuentemente la falta de medios para las compras de tecnología, repuestos o materias primas en el extranjero, pero también para comprar alimentos, pues había que suplir la falta de producción en las provincias del sur. En dichas provincias, que habían sido tradicionalmente "el granero de Chile", había miedo e incertidumbre ante las "tomas" provocadas por la llamada "reforma agraria", y en consecuencia se dejó de sembrar.

Los nuevos dueños, los ocupantes de los fundos "tomados" eran poco preparados o no tenían interés en trabajar el agro. Ocurría que se comían las semillas y los animales reproductores. A muchos les bastaba sentirse "patrón" ellos mismos y esperar que "su gobierno" les diera el sustento que necesitaban. Algo comparable sucedía en las empresas o industrias "tomadas". ‑

El poder de la Oposición se hizo sentir en el Paro de Octubre de 1972 del "gremio" de los camioneros con unos treinta y cinco mil afiliados (ellos generalmente son chofer y dueño de su único camión). Este paro del transporte paralizó más del 70% de la actividad productiva. Los transportistas exigeron precios adecuados para detener la inflación, pidieron los repuestos necesarios para sus camiones, importados del extranjero y, ante todo, garantías de que no serían estatizados, lo que ya había comenzado a suceder.‑ A la huelga de los camioneros se adhirieron otros "gremios": el comercio, los estudiantes particulares, ingenieros, dentistas, médicos, farmaceúticos, enfermeras y abogados. Para evitar el colapso del país recurrió Allende a la única fuerza aún no comprometida, las Fuezas Armadas. Los comandantes en jefe de Ejército, Marina y Aviación pasaron a integrar el nuevo Gabinete cívico‑militar en noviembre de 1972. Allende intentó con esta maníobra resolver el conflicto con los gremios y dar garantías para libres elecciones parlamentarias en 1973 y, en general, estabilizar su posición crítica.

Siguieron cuatro meses de pausa tensa. A fines del año 1972 Allende viajó al extranjero, recorrió tres continentes y recibió admiración y aplauso por su "socialismo democrático y pluralista". Con esa admiración se consolaron también muchos de sus compatriotas en la patria de su triste realidad.‑

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