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ERFAHRUNGEN IN CHILE

 

- UNTER DEM REGIME DER SOZIALISTISCHEN VOLKSFRONT UND DEM PRÄSIDENTEN ALLENDE  (1970 - 1973) -

 

Das vorliegende Referat wurde am 1.5.1988 in spanischer Sprache für den Spanisch ‑ Weiterbildungslehrgang des SIL, Speyer verfaßt und in freier Form mit weiteren Ergänzungen beim Hilda‑Kolloquium am 24.11.1988 auf Deutsch gehalten. Diese konnten aus Zeitgründen hier nicht mehr eingearbeitet werden, so dass hier nur das ursprüngliche Referat wiedergegeben wird.

Dass dies am Hilda‑Gymnasium in Koblenz möglich ist, wird niemand verwundern, der weiß, was im Bereich der Fremdsprachen hier alles unternommen wird und wo mit dem Schulfach Spanisch als 3. Fremdsprache ein  weiteres und sehr bedeutendes Tor zur "Erschließung von Welt" aufgestoßen wurde.)

 

 

EXPERIENCIAS EN CHILE

 

- BAJO EL REGIMEN SOCIALISTA DE LA UNIDAD POPULAR Y EL PRESIDENTE ALLENDE -

 

ADVERTENCIA

 

1. Este resumen trata en forma sumaria y muy abreviada los acontecimientos durante el Gobierno de la Unidad Popular (UP). El método no es el análisis científico sino la descripción de la vida diaria y la repercusión que tenía. La visión refleja la experiencia y el pensamiento de una notable parte de los chilenos y a partir de 1972 también del autor que entonces vivía en Santiago de Chile en un ambiente de clase media, compartiendo muchas experiencias de su alrededor. Aunque este informe trataba de dar informaciones imparciales y buscar explicaciones más justas y verdaderas ‑ es obvio, que el alcance de esta visión era y sigue siendo limitado.

2. No obstante se pretende aportar a la comprensión de los hechos pasados y explicar en parte el apoyo que le brindó y sigue brindando a la dictadura militar una gran parte de los chilenos. Sobra decir que otra gente tuvo otras experiencias ‑ distintas y hasta contrarias, pero más divulgadas en el exterior, en Alemania ‑ no tanto en el mismo país de Chile ‑ a través de los medios de comunicación y de los chilenos exiliados, por lo tanto cabe considerar también las del autor, para entender mejor aún la realidad chilena.

3. Ese resumen parte del presente, es decir del año 1988.

Como es posible, que a 15 años del golpe militar todavía se mantenga en el poder una de las dictaduras más crueles y más fuertes?

   Más aún: Cómo se explica, que el atroz dictador Pinochet haya podido obtener la mayoría absoluta de los votos, sin lugar a dudas (aun si se cuenta con cierto margen de fraude) en dos plebiscitos: en enero de 1978 (75% contra 20%) y en marzo de 1980 (67% a favor de su Nueva Constitución y 30% en contra), más intranquilizante aún es, que no se puede descartar la posibilidad de un nuevo triunfo de Pinochet o de otro candidato de los militares en el plebiscito próximo, previsto para 1988/89, en que se deberá votar por el Presidente de la República para ocho largos años más [1].      

 

4. Este apoyo se brinda a pesar de:

 ‑ decenas de miles de muertos, de miles y miles presos políticos y torturados y de cientos de miles de exiliados [2],

 ‑ el desprestigio, la condena y el rechazo casi unánime del mundo civilizado,

 ‑ los cálidos valores humanos de los chilenos, su espiritualidad amena y pacífica y su cultura elevada,

 ‑ que Chile es el país más observado, ayudado, tal vez más querido de los paises sudamericanos en Europa y

   en especial de Alemania, ligado también por tantos lazos familiares, y

 ‑ que ha recibido tal vez más simpatía y solidaridad que todos los demás pueblos oprimidos.

 

5. De tantas y justas explicaciones para entender la continuación de la dictadura militar  hay una, que al parecer no se toma en cuenta suficientemente y que basa en el pasado anterior a la dictadura: es la experiencia traumática, el abismo de angustias, que vivía el país en los tres años del régimen de la UP. ‑

  Esa experiencia sirve a Pinochet y él lo proclama constantemente, casi como su único argumento, "nosotras las Fuerzas Armadas o el caos y la 'politiquería'!" o más breve yo o el caos!".

Al parecer hasta ahora una mayoría de los chilenos prefiere sufrir más bien bajo las botas militares que se repita lo pasado.

6. La pesadilla que regía en los tiempos de la UP para los que no estaban totalmente conformes con el Gobierno ‑ estos eran siempre más de la mitad del pueblo ‑ apenas se menciona en la literatura de la resistencia a Pinochet o en la prensa extranjera, donde se justifica o se glorifica "el camino democrático al socialismo" "con empanadas y vino tinto" (Allende). ‑ A lo mejor, ni en el mismo país se toma en cuenta débidamente la pesadilla del pueblo, porque los cabecillos de más de 50 grupos políticos pelean entre ellos acerca de la forma en la que se debe combatir a Pinochet, en vez de atacarlo juntos y unidos.  

7. Ahora bien, cabe preguntarse más precisamente:

¿Qué es lo que pasó en Chile antes de la dictadura en el período de 1970/71 a 1973 que llevó el país al golpe militar y cuáles fueron las experiencias traumáticas que todavía sirven de palanca para oprimir a un pueblo?

 


 

I. SEPTIEMBRE 1970 ‑ FEBRERO 1972 :

El nuevo régimen ‑ auge y primeros obstáculos en elecciones y economía

 

En las elecciones presidenciales de septiembre 1970 ganó el candidato de la UP ‑ una alianza de cinco partidos izquierdistas entonces ‑ el postulante por cuarta vez, Dr. Salvador Allende Gossens, con una mayoría relativa de 36,3%, lo que significaba un 1,4% más votos que los del candidato de los conservadores Jorge Alessandri Rodriguez. Tercero resultó Rodomiro Tomic del partido Demócrata Cristiana (DC) con sólo 27,8% de los sufragios, a pesar de un programa similiar al de la UP, pero menos radical y por eso menos atractivo. En total votaron dos de cada tres chilenos para reformas esenciales de tipo social.

Para asumir la presidencia con la debida mayoría absoluta necesitaba Allende el apoyo electoral de la DC, que había gobernado con Eduardo Frei los seis años del período vencido. Ella se comprendía también como fuerza social, pero no‑marxista, de un "socialismo‑comutario", basado en el cristianismo. Allende logró disipar las sospechas que él despertaba como el primer Presidente marxista en Chile al firmar un convenio de "Garantías de Respeto a las Leyes y la Constitución". Su elección por el Congreso Pleno (50 senadores y 150 diputados) fue el 24 de octubre de 1970 con la abrumadora majoría de 153 votos a su favor, 37 votos en contra y 7 en blanco, pese a que la UP sola cantaba apenas con 78 escaños.‑

A comienzos del Gobierno de Allende, el pueblo vivía mejor que antes, porque se comenzó a poner en práctica las prometidas "primeras 40 medidas", p.ej. el alza de salarios y la fijación de precios, el reparto del famoso medio litro de leche al día para cada niño escolar, etc. En los comicios municipales en april de 1971 ya se mostraron los frutos y los partidos de la UP festejaron el máximo triunfo en toda su historia: los votos obtenidos y juntados por ellos alcanzaron la mitad de los sufragios (49,23 %), lo que también demuestra de paso que la UP nunca tenía una mayoría absoluta del electorado en Chile.

 

En víspera de asumir el poder un posible presidente marxista, había comenzado en Chile una "fuga de cerebros", la emigración masiva de profesionales al extranjero y también de los capitales, lo que más tarde aún se intensificó. Por otra parte, los poderosos y los conservadores que no huían, trataron de frenar u obstaculizar las medidas del Gobierno. Desde afuera los apoyaban grandes empresas multinacionales (p.ej. ITT) e instituciones jurídicas o financieras dependientes de los Estados Unidos. Nixon y Kissinger reforzaron su política de "destabilisación" ‑ también a través de la CIA, como H. Kissinger posteriormente confesó. Se boicoteó p. ej. las lineas de créditos que Chile requería, lo que aumentó la presión al nuevo Gobierno de Allende. Claro está que eso se debía asimismo a la desconfianza en el programa económico del régimen. Por esta razón también la DC se negó a dar el apoyo necesario a la UP obtener una mayoría parlamentaria para sus projectos‑leyes. ‑

Una consecuencia fue, que el Gobierno no hizo las reformas por ley, sino a base de "hechos consumados" o a través de instrucciones o de párrafos sueltos e idóneos de leyes antiguas, muchas veces hechos para otros fines, un procedimiento que se llamaba, recurrir a "resquicios legales".‑

Rápidamente esta política creó un clima de hostilidad, de miedo ante la incertidumbre de una posible "socialización" de todas las propiedades, ya que día por día se producían las "intervenciones" del Estado en pequeñias o grandes industrias, las ocupaciones ilícitas y arbitrarias en empresas y fundos agrícolos, las llamadas "tomas", en que grupos de obreros o campesinos con bandera chilena "tomaron" el terreno y echaron a los dueños de su propiedad legítima. Este clima hostil se profundizó a se envenenó aún en junio de 1971 con el asesinato de Edmundo Pérez Zujovic, quien había sido Vicepresidente de la República bajo Frei. Al parecer el asesinato lo cometieron simpatizantes del Gobierno; este desató en los medios de comunicación una ola de odio y de reproches mútuos, como sí alguien hubiera abierto las válvulas, dando paso al aire libre la expansión de tales sentimientos.‑

No obstante, todavía hubo colaboración en un asunto de trascendencia nacional, al ser aprobada por unanimidad el 11 de julio de 1971 la ley de nacionalización de las minas del cobre, preparada ya por el Gobierno anterior. "El  cobre es el sueldo de Chile", "el Cobre es nuestro" eran las consignas populares‑, y más fuertes las consignas, cuando estallaron los conflictos políticos por falta de una indemnización adecuada a las empresas expropiadas de los EEUU (Anaconda, Kennecott), que lograron el bloqueo de venta del cobre chileno y enfriar las cuentas estatales de Chile en los EEUU. Infructuosamente se opuso el Gobierno chileno a esa política con el argumento, de que la inversión básica de los explotadores del cobre no subía de 30 millones de dólares, mientras que las tasas de utilidad eran escandalosas y llegarían en 40 años con más de 4000 millones de dólares, mucho más allá de toda una indemnización justificada. ‑

La política de aumento del consumo, la incapacidad de los nuevos dirigentes en los puestos de mando, la deficiente preparación de la gente en las "cooperativas" agrícolas o empresariales y la obstaculización que ponían en práctica sus antiguos propietarios u otros empresarios, así como el acaparamiento de alimentos ante la inseguridad del futuro, provocaron muy luego un desabastecimiento y una grave escasez alimenticia. Fue así que se desató la protesta de muchas amas de casa, ante todo de la clase media. Hubo la primera "marcha de cacerolas" el 1 de diciembre de 1971, en la misma noche en que Allende despedía a Fidel Castro, su visita de casi cuatro (!) semanas en Chile. A partir de este día las mujeres en protesta golpearon sus "ollas vacías" todas las noches a las diez (En Chile se dijeron que las mujeres tengan más "agallas", valentía que los hombres.)

Para terminar una vez por todas con las expropiaciones desenfrenadas, arbitrarias y ilícitas elaboró la DC un proyecto de reformas a la ley fundamental que definía las tres áreas de la economía (estatal, mixta y privada) y la obligación de aplicar las reformas por ley y no por instrucciones gobernativas. A dicha obligación y a las cláusulas de protección contra la estatización se opusieron los legisladores de la UP y el Presidente Allende. De eso resultó que por primera vez la DC pactó con sus adversarios de siempre y despachó, junto con los diputados conservadores, dicha ley de reforma de la Constitución, el 12 de febrero de 1972, una fecha decisiva para Chile!

 

II. FEBRERO 1972 ‑ MARZO 1973

Declive y el "Paro de Octubre"

 

A partir de entonces se hablaba sólo y constantemente de la "Oposición" y del "Gobierno". Allende aplazó la promulgación de esta ley y pretendió promulgar sólo aquellos párrafos que le convenían, a lo cual se resistió el Congreso. Este conflicto y otros siguientes tenían como transfondo el enfrentamiento del poder legislativo contra el poder ejecutivo. Más tarde se sumó el poder judicial a través de la Contraloría Nacional y de la Corte Suprema a la opinión del Congreso. Ambos bandos emprendieron una batalla cada vez más agresiva en los medios de comunicación que controlaban. La "Oposición" atacó con expresiones duras, fuertes o arrogantes "los atropellos" contra la Constitución y el Congreso. El "Gobierno" por su parte insultó a la "Oposición" calificándola de "momios de mierda". Los ánimos se caldearon, y en una marcha de las fuerzas adictas al Gobierno la muchedumbre gritó ante los mismos edificios (!) de la Corte Suprema y del Congreso "Jueces vendidos, ladrones corrompidos" y amenazó con sus banderas rojas, crear "tribunales populares" en contra de la "justicia burguesa". ‑

A pesar de todo, los partidos más responsables, la DC y el Partido Comunista (PC), trataron de salvar la ley‑reforma constitucional de las tres áreas de la economía y así las reformas necesarias. Además trataron de calmar las hostilidades y la violencia, pero fracasaron ante la negativa del otro gran partido dentro de la UP, los socialistas (PS). El PS del cual Allende era co‑fundador se estaba convirtiendo, bajo su secretario general, Carlos Altamirano, en un partido revolucionario y mucho más izquierdista que su co‑fundador, quien fue forzado a negar el compromiso de la DC y el PC. El PS calculaba que podría dividir a la DC y con ayuda del ala conciliadora e izquierdista de esa (p.e. Tomic, Fuentealba), ganar una mayoría parlamentaria. Pero el efecto era contrario: los "blandos" en la DC tuvieron que ceder al ala "dura" (de Frei, Aylwin y otros). Además se acercaron más aún al Partido Nacional (PN), lo que los llevó a forjar una alianza para las elecciones parlamentarias de 1973. La intransigencia del PS había destruido la última esperanza de un desarrollo pacífico de la vida nacional. Esto impulsaba una campaña de odio, mugre y violencia, jamás conocidos en Chile.

Entre tanto seguía de desastre económico caracterizado por una inflación astronómica, la pérdida rápida de divisas y consecuentemente la falta de medios para las compras de tecnología, repuestos o materias primas en el extranjero, pero también para comprar alimentos, pues había que suplir la falta de producción en las provincias del sur. En dichas provincias, que habían sido tradicionalmente "el granero de Chile", había miedo e incertidumbre ante las "tomas" provocadas por la llamada "reforma agraria", y en consecuencia se dejó de sembrar.

Los nuevos dueños, los ocupantes de los fundos "tomados" eran poco preparados o no tenían interés en trabajar el agro. Ocurría que se comían las semillas y los animales reproductores. A muchos les bastaba sentirse "patrón" ellos mismos y esperar que "su gobierno" les diera el sustento que necesitaban. Algo comparable sucedía en las empresas o industrias "tomadas". ‑

El poder de la Oposición se hizo sentir en el Paro de Octubre de 1972 del "gremio" de los camioneros con unos treinta y cinco mil afiliados (ellos generalmente son chofer y dueño de su único camión). Este paro del transporte paralizó más del 70% de la actividad productiva. Los transportistas exigeron precios adecuados para detener la inflación, pidieron los repuestos necesarios para sus camiones, importados del extranjero y, ante todo, garantías de que no serían estatizados, lo que ya había comenzado a suceder.‑ A la huelga de los camioneros se adhirieron otros "gremios": el comercio, los estudiantes particulares, ingenieros, dentistas, médicos, farmaceúticos, enfermeras y abogados. Para evitar el colapso del país recurrió Allende a la única fuerza aún no comprometida, las Fuezas Armadas. Los comandantes en jefe de Ejército, Marina y Aviación pasaron a integrar el nuevo Gabinete cívico‑militar en noviembre de 1972. Allende intentó con esta maníobra resolver el conflicto con los gremios y dar garantías para libres elecciones parlamentarias en 1973 y, en general, estabilizar su posición crítica.

Siguieron cuatro meses de pausa tensa. A fines del año 1972 Allende viajó al extranjero, recorrió tres continentes y recibió admiración y aplauso por su "socialismo democrático y pluralista". Con esa admiración se consolaron también muchos de sus compatriotas en la patria de su triste realidad.‑

 

III. MARZO 1973 ‑ JUNIO 1973

Refuerzos y enfrentamientos callejeros

 

Las elecciones en marzo 1973 terminaron con un empate. Ni logró la Oposición unida los dos tercios de escaños necesarios para destituir a Allende, ni ganó la UP una mayoría absoluta para sus projectos‑leyes, pero en todo caso, con 44% obtuvo 7,5% más votos que hace dos años y medio en las elecciones presidenciales de 1970. Aunque fuentes fidedignas hablaban de un fraude de alrededor de 6%, el resultado, de todos modos, demostró un apoyo creciente y asombroso, si se considera el deterioro que sufría el país. Ello se debía a que a una gran parte de la población, con bajos ingresos, todavía no le afectaba el empobrecimiento del país y guardaba la esperanza de un cambio que mejorara su situación. Mientas tanto seguía la agonía del régimen, y su fracaso se hacía más y más claro. Pero por el momento, la UP se sentía recuperada y despidió a los ministros uniformados.‑

La batalla política se transladó a plataformas extraparlamentarias.

En las calles marcharon con banderas y carteles los militantes y las juventudes de los partidos. Asimismo los grupos ultras y terroristas aumentaron sus "acciones" de asaltos, robos, vandalismo, etc. Se destacaron los movimientos derechistas "Patria y Libertad" y la "Brigada Rolando Matus", y por la Izquierda el importante "Movimiento de Izquierda Revolucionario" (MIR), la "Vanguardia Organizada del Pueblo" (VOB), las "Brigadas Ramona Parra" y "Elmo Catalán". ‑

Los antagonistas erigieron barricadas, incendieron neumáticos en las calles, persiguieron a sus enemigos con garrotes y horquetas, etc. Para proteger sus hogares en las noches tuvieron que establecerse servicios de vigilancia pagados por los vecinos.‑

Las fuerzas de la Izquierda organizaron los famosos "Comandos Comunales" en las zonas rurales y los "Comandos Municipales" en las ciudades, como p.ej. "los Cordones Industriales" alrededor del Gran Santiago. Los comandos consistían en milicias paramilitares de trabajadores de empresas e industrias tomadas, apoyados por servicios del Gobierno y "consejeros" extranjeros. Había mil consejeros sólo de Cuba que prestaban ayuda al Gobierno. Los "Comandos Comunales" deberían ser, según Allende, incorporados como parte del "poder popular" en la Constitución vigente.‑

En los barrios de miseria, según se decía, se formaban y entrenaban también a los "pobladores" como milicias. En Santiago había unas 570 ‑ 600 "poblaciones" de miseria, dirigidas y protegidas por su determinado movimiento o partido político (en eso participaba también la DC.). Estos barrios se mantenían tan herméticos, que generalmente ni la policía se atrevía entrar.‑

Otro campo de batalla se abrió a causa de que en junio de 1973 debía entrar en vigor la reforma educacional, la Escuela Nacional Unificada (ENU), de carácter politécnica e igualitaria para todos. Ella terminaría con la enseñanza particular dependiente del dinero de los padres. El proyecto, originalmente gestado por la DC, fue combatido por ellos mismos que temían ahora una "conscientización" de ideología marxista‑leninista.  Apoyando a la Oposición hubo muchos paros de los "gremios" escolares y otros adversos. Ante todo los escolares de los colegios particulares dejaron sus establecimientos y causaron revueltas en las calles, desafiando y provocando a la policía, que los combatió con carros‑bomba lanza‑agua, los famosos "guanacos", y con gas lacrimógeno. El gobierno tuvo que disponer vacaciones, pero aún siguió la revuelta juvenil porfiadamente, a sustos de los padres o a aplausos de ellos. En las familias estallaron muchas peleas duras porque los familiares y parientes se dividieron y se repartieron en las diferentes corrientes políticas antagónicas. La Iglesia Católica, bajo su admirable Cardenal Silva Henríquez, se opuso también por primera y única vez a un projecto de la UP. Al final Allende tuvo que aplazar la puesta en marcha de la ENU.

 

IV. JUNIO 1973 ‑ JULIO 1973

Maniobras y penurias

 

A mediados de junio de 1973 se produjo una huelga en El Teniente, la mina subterránea de cobre más grande del mundo ‑ como se dice ‑ ubicada a 120 kilómetros al sur de Santiago. Dicha huelga de sententa y cuatro días de duración significaba una inmensa pérdida de divisas y culminó en la "Batalla del Río Maipo", donde centenares de policías con tanquetes, en violentos enfrentamientos, trataron de parar infructuosamente la marcha de los mineros a Santiago. El incidente muestra que estos obreros, tradicionalmente izquierdistas, ya no estaban a favor del Gobierno.‑

El intento de un regimiento blindado de provocar un golpe de Estado el 29 de junio de 1973, el llamado "tancazo", despertó mucha alerta hacia las FFAA, pese a que el intento fracasó por intervención personal del General Prats, Comandante en Jefe del Ejército, el mismo que con su entrada al Gobierno como Ministro del Interior, solucionó el mencionado Paro de Octubre y garantizó las libres elecciones de marzo. Por su actitud honorable y fiel al Gobierno legítimo lo insultaron muchos de la Oposición, mientras la Izquierda suponía que con él a la cabeza, las FFAA al menos serían neutrales en el conflicto político. Cuando Prats finalmente renunció, pocos días ante del golpe de Estado, le sucedió Pinochet (que meses más tarde ordenó la colocación de explosivos en el auto del General Prats haciendo volarlo junto con su esposa). ‑

Hacía meses que se había empeorado rápidamente la situación de la ciudanía y con la creciente escasez de casi toda mercancía, a uno le costaba muchos esfuerzos y astucia defender la subsistencia.

La falta de productos alimenticios se debía, por una parte, al deterioro agrario y ganadero, arriba mencionado, y por otra parte, a un desabastecimiento artificial, fuera por razones políticas, para provocar la caída de Allende, o fuera por que la gente compraba y acaparaba lo que podía. En todo caso, la consecuencia fue, que mucha mercadería desaparecía del mercado oficial, a precios fijos. A veces emergía lo desaparecido de nuevo, al "mercado negro", que surgió en aquella época. Así se lo conseguía "por debajo del mostrador", pero ahora a precios de 5 ‑ 10 veces más caros.

El control de precios por inspectores del Gobierno no funcionaba nunca y fue combatido fieramente por los comerciantes, igual que el abastecimiento directo de consumidores por instituciones de Gobierno o de los movimientos políticos, como las Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP). Esto funcionaba solamente en ciertas zonas de su influencia como p.ej. en muchas poblaciones. –

En algo se puede entender al comerciante que tenía que pagar anticipadamente su mercadería y con la inflación galopante no recuperaba el costo de reposición, si la vendiera a los precios fijos autorizados.‑

En la medida que se agudizaba la escasez, fueron creciendo las filas de compradores. Mucha gente "hizo cola" por horas, medio día o día y noche para conseguir 2 litros de aceite, 2 kg de azúcar o arroz o uno a dos pollos. Aunque parezca un poco cínico decir, la verdad es, que se formó una nueva "profesión", "el colero". Este vendía su puesto muy adelantado en la fila o hacía cola con otros miembros de su familia, porque las ventas eran per cápita. Lo adquirido se vendían a precios altos, que les producían muchas veces más dinero que sus trabajos verdaderos.‑

Mucha importancia cobró el "mercado negro de dólares". El dólar debe haber costado 250 Escudos chilenos al comienzo del período de la UP pero ya en julio 1973 costaba 3500 Escudos. La inflación sólo en 1973 alcanzó más que 1% al día. Consecuentemente se caculaba las ventas que no tenían precio prefijo, solamente en dólares, p.ej. sitios, automóviles o cosas importadas (Las importaciones son de suma importancia en este pequeño país, donde no existe producción nacional para muchos artículos por falta de un mercado apropiado.). Cada cual trataba de cambiar en dólares su moneda nacional excedente o de comprar bienes, como automóviles que apenas perdieran su valor.‑

Visto al revés, ello significaba que se podía vivir con unos pocos dólares al mes. Esta ventaja la tenían los diplomáticos y el personal extranjero, pagados en moneda dura o aquellos que recibían dólares de algún pariente en el exterior. Las personas con salarios fijos, como los profesores, tenían entonces ingresos que, expresados en dólares, no superaban los 5 a 10 dólares al mes, lo que significaba, que les costaba un gran esfuerzo, comprar p.ej. un repuesto para su viejo vehículo.‑

En tales circunstancias el país iba a la bancarrota. Por falta de repuestos o materias primas indispensables (y a veces sencillamente por paros y reuniones interminables de los empleados y obreros), se fueron paralizando también muchos servicios. A los laboratorios y clínicas les faltaba de todo. Hasta los alimentos básicos tenía que importarlos el gobierno en este país, virtualmente tan rico! Por eso se agotaban y faltaban las divisas necesarias para los servicios, la inversión y la producción. Al final ni siquiera alcanzaban para "comerselas". La situación se había tornado tan extrema, que tres días antes del golpe, el 8 de septiembre de 1973, Allende confesó, que el stock de harina alcancaría sólo para 3‑ 4 días más.‑

Ya desde 1972 se hacía sentir en la población una sensación de desesperación y de profunda tristeza por una vida diaria tan difícil, una angustia por los bienes propios, por un futuro incierto, por el desorden y el terror en la calle, la falta de respeto a las órdenes de las autoridades cívicas, la falta de una autoridad moral, la "politiquería" y las campañas de calumnias y mentiras.

Más de 15 000 profesionales ya habían salido del país, otros se aprestaben a salir. Al mismo tiempo había entrado mucha gente, o emigrantes y perseguidos de otros paises sudamericanos o enviados de paises socialistas.‑

Como desahogo frente a la agonía, que sufría el país, y como un pequeño índice de la desesperación, aparecía el hecho de que la gente no ahorraba nunca nada, sino gastaba hasta su última plata, p.ej. en los restaurantes, siempre repletos, ‑ también porque tenían comida aún hasta el último día del régimen, que ya se vaticinaba. Muchos se apresuraban a apostar acerca de cuándo y cómo terminaría "todo esto". El colapso era cuestión de corto tiempo para la muchedumbre.

 

V. AGOSTO ‑ 11 DE SEPTIEMBRE 1973

Desastres y fracasos

 

Mucho se hablaba de la "guerra civil" que se temía, que fuera desatada por los "Comandos Comunales" como parte del "poder popular". Pero para tener éxito era indispensable el apoyo o al menos la neutralización de las FFAA. En eso gestionaban dirigentes de la Ultraizquierda y del Sr. Altamirano, jefe de PS. Con un plan de "democratización" trataron de infiltrar las FFAA y substituir sus altos mandos. Probablemente fue eso el punto decisivo para desatar el golpe militar.‑

Mientras todo esto sucedía, pararon otra vez, el 27 de julio de 1973 los camioneros, esta vez con fines claramente políticos. (Existía la sospecha de que hubo un aporte financiero por la CIA, que desde luego nadie podía comprobar, ni los mismos camioneros. Más tarde se supo, que así fue.) En esta ocasión nada y nadie pudo satisfacer las exigencias de los "gremios", ni la entrada al Gabinete de los militares y carabineros el 9 de agosto de 1973.‑

Un último intento de la DC de dialogar con el Presidente Allende, a petición de la Iglesia Católica y del Cardenal fracasó el 6 de septiembre ante las duras exigencias de la DC que insistió en una "rectificación" del camino del Gobierno y a causa de la desautorización a Allende de parte de su propio partido, bajo la consigna de que "dialogar es conciliación y conciliación es traición". Para nada le había servido al Presidente presentar su nuevo gabinete cívico‑militar de "seguridad nacional", el 9 de agosto.‑

La catástrofe que conducía al abismo seguía su curso manifestado a través da la violencia, los actos de vandalismo, cortes de la luz ("apagones") o del agua, cierre de caminos, atentados dinamiteros a radioemisoras, plantas eléctricas y a otras centrales de energía, ‑ acompañados de destrucción y pánico. El pueblo no‑extremista hacia uno de los bandos, gritó en las demostraciones: "(No a la guerra civil!" ‑ 

Apenas había servicios de emergencia para atender los accidentados o los heridos de enfrentamientos y para las reparaciones de urgencia. El 22 de agosto de 1973 fue otra fecha decisiva, cuando el Congreso se sumó a declaraciones anteriores del máximo poder judicial y denunció, una vez más, los abusos y atropellos contra las leyes y la Constitución por el Gobierno de Allende, advirtiendole ahora que estuviera gobernando "al margen de la ley". Esta declaración se entendía como llamada velada a las FFAA y Carabineros a "pronunciarse" en contra del poder ejecutivo y del Presidente elegido, a favor de la legalidad de los poderes legislativo y judicional. ‑

Allende trató de salvarse como de costumbre, con palabras suavizantes y con promesas, destituyendo y nombrando ministros y secretarios y con toda clase de gestiones de poca importancia; lo que se llamaba siempre "su muñequeo". Nunca se sabía bien, a que se debía las actuaciones de él, casi siempre tan blandas o ‑ ligeras: ¿pertenecían a su carácter y temperamento, a su táctica "politiquera" o  ‑ peor sería ‑ a su convicción personal o política? –

 

Santiago parecía ser en las últimas semanas una olla de brujas, el caos era completo, pero nadíe sabía, si y cómo se decidirían a actuar los militares, los que en este momento eran la última esperanza para la inmensa mayoría de los chilenos. La gente barajaba varias hipótesis, tales como: o se produciría un golpe militar (Pinochet lo llamaría más tarde "el pronunciamiento militar") a favor o - en contra del Gobierno, o habría un "auto‑golpe" de la UP, (como parece que fue pensado según ciertas indicaciones del "Plan Z" que más tarde se encontró), o se seguiría con las riendas sueltas, tal cual sucedía hasta ahora, "pase lo que pase" (Eso hubiera desembocado indefectiblemente en una guerra civil.), o el Presidente Allende llamaría a un plebiscito sobre su posible renuncia. (Una renuncia voluntaria y anticipada ya había rechazado categóricamente, pero un plebiscito no.)

Carlos Briones, su último Ministro del Interior dijo más tarde, ‑ y eso parece muy probable‑ que Allende hubiera previsto hacer este anuncio en la noche del 10 de septiembre, pero hubo un impedimento. Sin embargo a primeras horas de la mañana siguiente, el 11 de septiembre de 1973 ya había empezado - el golpe militar. ‑

 

VI. Transcendencia y síntesis sumaria

 

En la superficie el golpe parecía no haber cobrado muchos sacrificios humanos, y así se produjo una sensación de liberación, un inmenso alivio para una mayoría enorme de los chilenos, incluidos muchos partidarios moderados de la UP (sin considerar su duelo y pena por la muerte de "su" Presidente, lo que compartía también mucha gente del bando opuesto!). Tras tantas sacudías y angustias se querían olvidar lo más pronto posible el recuerdo de un pasado traumatizante. El país libraba con la consigna "Nunca más!".

Esto explica por parte porque muchos taparon sus oídos, cuando después el nuevo régimen militar persiguió a sus antecesores y adversarios con una fiereza jamás visto en Chile.

Pero la sensación de haber tambaleado y zambullido sobre el abismo, el horror de que se repita el "libertinaje politiquera" con sus terribles consecuencias, eso reprime (junto con ciertos logros del régimen militar) hasta este momento el anhelo de una vida democrática y de libertad para todos. Todavía muchos se conciben - lo opuesto a una vida digna -, la dictadura militar, como el "mal menor". Entonces el traumatismo se ha cambiado, pero persiste.

Una nueva juventud más abierta, inspirada por imágines más humanos, y además las discusiones políticas alrededor del plebiscito de 1989 ‑ desde una distancia de 15 años al pasado! ‑ despierta la esperanza que los chilenos se liberen más de su trauma, que aprendan mejor la lección de la historia y que se recupere Chile.

 

1.Mai 1988

Gerd Hochländer
 


[1] En el plebiscito del 5 de octubre de 1988 obtuvo la oposición reunida por 16 partidos una victoria de 55% para su "No" al candidato Pinochet, contra 43% de "Si". El futuro Presidente, quien asumirá en marzo 1990, se eligerán el 14 de diciembre de 1989 con las elecciones parlamentarias previstas en la Constitución.

[2]  cifras extraoficiales que cursan, a mi me parecen demasiadas altas